CHILE EN 100 AÑOS: Lo que pasó y falta (2009).

A poco de haberse cumplido 199 años de la primera junta de gobierno es conveniente realizar el siguiente análisis crítico que intenta hacer una radiografía a nuestra nación en términos tecnológicos, sociales, económicos, culturales, religiosos, etc.

Chile en los últimos 100 años ha experimentado cambios significativos en materia tecnológica, a pesar de ello y de la mano de la revolución industrial la materialización de esta innovación ha sido tardía en comparación con los países asiáticos y europeos. Así recibimos los primeros vehículos de combustión interna, el ferrocarril, la producción en serie, herramientas de extracción de minerales, la radio, la televisión en blanco y negro y a color, telefonía con todas sus variantes y la computación e informática. Todo ello a hecho más fácil y sintetizada la labor del chileno común ya sea para el trabajo o la vida familiar y su propio desarrollo personal.

La sociedad chilena ha cambiado en su forma de ser y cada vez nos alejamos de nuestras raíces, mirando el pasado con nostalgia de lo que tuvimos y fuimos.

Hoy en día puedo decir que estamos sobrecargados de extranjerismos, en nuestras costumbres, forma de vestir y de expresarnos, quizás por el modelo económico reinante hasta en como nos organizamos. Hemos hecho propio lo principal del postmodernismo, en que se da una situación de individualismo, de protección del otro y de interés sólo en las ocas personales, por sobre el convivir y vivir en comunidad. La ciudad da mucho de eso ya que estas cada vez son más grandes porque la heterogeneidad atraviesa a todos los ciudadanos y cada cual va adoptando nuevas conductas, hoy en día la globalización hace un empuje más enérgico en este punto, a lo que le llamaría una transversalidad cultural actual.

A pesar de que hay una real separación de la Iglesia Católica y el Estado, la entidad eclesiástica aún influye en la toma de decisiones, hace sus labores propias como doctrina, pero le aconseja o sugiere a los diferentes gobiernos el cómo hacer las cosas, quizás el objetivo puede ser salvaguardar la integridad, salud y vida de toda la población, en cuanto a derechos humanos y fe, pero la presencia es más notoria y se aprecia en los tedéum, minutos en televisión, expresiones más políticas que predicadoras. Lo hemos visto en el pasado con la condena que hace la iglesia a eventos en contra de los cánones tradicionales de la existencia (santa maría, dictadura) y también de aquellos en que se produce un choque con la ciencia, quizás somos inmaduros en tener una postura clara frente a estos temas aún y así lo ha reflejado los largos debates tales como (aborto, pastilla del día después, sueldos éticos, etc). En fin creo que es buena la presencia de la iglesia, pero en la medida que mantenga su rol sugerente y no mandatario.

Tratar el tema de la economía resultaría complejo y extensivo. Si miramos como a lo largo del siglo XX a progresado o mal evolucionado nuestra situación. Quizás por mala administración de los diferentes gobiernos o por siempre estar entre el engranaje internacional de claro que mirando desde abajo a los que están más arriba Chile no ha podido crear industrias propias manufactureras y sólo las que hay son más bien extractivas, eso creo ha jugado un rol importante en nuestra base económica la que ha sido sustentable, pero lenta de crecimiento y desigual socialmente. La mano extranjera se ha llevado mucho de lo que es Chile, tenemos el salitre a principios de siglo, la vid, el cobre, aceros, etc., nos convencimos que el estado es un mal administrador de empresas y que por eso hay que privatizar mejor y vivir de los impuestos. Y así podemos ver una clase pobre muy pobre subsidiada por el estado en una idea de ser lo “protegidos” o “hermanos menores”, un intento de clase media “pudiente” a la cual hay que exigirle porque pueden dar más ya sea en producción laboral, como hay sueldos fijos se pueden cobrar más intereses e impuestos, pero que hoy está debilitándose y poca preocupación hay por este sector. Por último una clase alta, la dueña de empresas o con cargos administrativos importantes ubicada en el “sector alto” de la ciudad, aquel sector de la sociedad reducido en cantidad de personas, pero siempre aumentada en riquezas monetarias.Podría decir que tengo cierto resentimiento por cómo es Chile, por lo poco que ha avanzado en estos últimos 100 años en cuanto más a lo social, pero es la verdad que quise criticar, ya no somos el último país del mundo, nos queremos creer los primeros copiando otros modelos y no buscando en nuestro propio territorio y sociedad aquella cláusula que nos permita de verdad ser desarrollados de forma integral ese debe ser nuestro norte y dejar de subsistir.

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