Parece que ahora ser malo es bueno.

Sigue estando mal ser bueno y sigue estando bien ser malo.

La sociedad se ha acostumbrado a normalizar situaciones de atropello, falta de honestidad, indiferencia y violencia en todas sus formas como algo natural.

El bien superior se busca, pero mientras no sea uno mismo quien comete falta, porque hasta ahí llegan los ideales y comienza esa férrea defensa de que lo que estuvo mal, en verdad hay que verlo como bueno para así justificarse. Pues no.

Finalmente, hay esperanza en muchos que ostentan consecuencia entre pensamiento, palabra y acción, sin perderse.

«No atarse a ninguna pasión», dice un texto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *